Abatir la contaminación del agua: el próximo reto del estero El Chupadero
En 2014, el estero El Chupadero (Tecomán) se convirtió en un tapiz verde, pero irónicamente eso dificultaba la vida acuática. Una plaga de plantas minó la pesca en este cuerpo de agua, y los dependientes de esta actividad encontraron la forma de combatirla y revitalizar la zona… Pero esto no ha sido suficiente para mantener este cuerpo de agua en condiciones óptimas.
Durante cuatro años, la sociedad cooperativa de pescadores de El Chupadero se ha encargado de rehabilitar este manglar tras la invasión de especies vegetales que minaron su actividad productiva. Con esta plaga controlada, los socios ahora deben proteger la calidad del agua, amenazada por fenómenos naturales y otras actividades económicas.
La producción pesquera de El Chupadero, en la zona costera de Tecomán, era nula hace cuatro años por la invasión de lirios y nenúfares sobre toda la superficie del estero, que no permitía el paso de los rayos de sol y con ello la oxigenación del agua. Con 3.5 millones de pesos (mdp) provenientes de dos programas de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), y de la empresa Colimán —exportadora de productos agrícolas—, que se sumó a este proyecto por invitación de la dependencia federal, la cooperativa comenzó a revertir esta problemática.
Alrededor de 35 de los 71 integrantes de la cooperativa trabajaron durante varios meses en retirar a mano 10 toneladas de plantas invasoras y revitalizar este lugar, hogar de diversas especies de peces y aves, además de reptiles.
Desde la orilla del estero, el agua parece un espejo, pero ya sobre él, el agua luce opaca, entre amarilla y café. Además, se percibe un olor fétido. Recientemente se instalaron granjas de camarón río arriba y los residuos de los productos que se utilizan para limpiarlas llegan hasta El Chupadero, comenta a EstaciónPacífico.com José Alfredo Sánchez, uno de los socios de la cooperativa.
La lluvia también afecta la pulcritud del lugar, y el efecto del mar de fondo que hay actualmente en las costas de Colima ha arrastrado arena y basura plástica a la zona. Los bancos de arena incluso dificultan el recorrido en lancha.
Al proyecto de restauración le resta un par de años, pero a partir de 2020 los socios de la cooperativa deben buscar como dar continuidad a través de otros fondos por servicios ambientales.
Prueba superada
Cecilio Bonilla, líder de esta cooperativa de pescadores, indicó que a pesar del trabajo que iniciaron hace cuatro años, la plaga persiste y semanalmente retiran más lirios y nenúfares para evitar que vuelvan a adueñarse del lugar.
“Estaba cubierto todo el espejo del agua de lirio, cubierto completamente. No podíamos navegar, los peces se quedaron sin oxígeno, tuvieron que emigrar, cero captura. Debido a eso, debimos acudir a Conafor, llevamos fotos de cómo se encontraba el estero, y afortunadamente ellos buscaron la manera de cómo ayudarnos”, dice en entrevista.
El proyecto para rehabilitar este ecosistema abarcó 120 hectáreas de mangle en El Chupadero, apoyado con 1.9 mdp del programa de Compensación ambiental por cambio de uso de suelo en terrenos forestales. Otro proyecto de conservación de mangle contempla 500 hectáreas con el esquema de pago por servicios ambientales, con un monto de 1.6 mdp en coordinación con la empresa Colimán.
José Alfredo Sánchez, pescador integrante de esta cooperativa, indica que mensualmente gana aproximadamente 10 mil pesos por la venta de pescado que saca del estero, además de que los domingos realiza paseos en lancha para los turistas, que cuestan 500 pesos, de los cuales se queda la mitad (y el resto es para la cooperativa). Con estos recursos mantiene a su familia, conformada por su esposa y sus tres hijos, dos de ellos en edad escolar.
“Andábamos unas cuadrillas que nos bajábamos a sacar lirio con el pie. Lo poníamos alrededor y ya lo sacábamos, le limpiamos la tierra para que se secara y lo echábamos a las canoas y lo sacábamos a tierra firme”, explica.
“Estábamos como asalariados en ese rato, no pescábamos, pero estábamos limpiando el estero, pero teníamos nuestro sueldo, con eso manteníamos a la familia. Ahora pescamos y nos va mucho mejor”, resalta. Actualmente, añade, gana más que quienes se dedican a la agricultura o trabajan como obreros en las fábricas instaladas en la localidad.
El gerente estatal de la Conafor, David Rodríguez, entregó este miércoles de manera simbólica 320 mil pesos a la cooperativa, en el marco del Día Internacional del Manglar. Estos recursos corresponden a los asignados a la cooperativa para 2018.
“Aquí en El Chupadero tenemos un proyecto exitoso, un proyecto donde se conjugan voluntades, principalmente la voluntad de los beneficiarios”, afirmó durante el evento oficial.
“Nosotros logramos justificar el proyecto para oxigenar y vigorizar los mangles, por eso la Conafor entró. Fue un proyecto exitoso, logramos lo que se quería, que el estero estuviera limpio, que los pescadores tuvieran su fuente de empleo para pescar, que el ecoturismo pudiera desarrollarse y que los mangles se conservaran y que se restauraran”, agregó.