El análisis de México Evalúa a las cárceles privadas del país: ni mejores ni baratas
Diez años han pasado desde el anuncio del entonces presidente Felipe Calderón sobre la construcción de ocho centros penitenciarios mediante asociaciones público privadas, con la intención de que esto permitiera una mejor atención a los reclusos y una disminución de los costos de la Secretaría de Seguridad Pública.
Sin embargo, esto no se ha logrado, consideró Mara Gómez, autora del artículo “¿Qué tal han funcionado las cárceles privadas en México?“, publicado por México Evalúa, pues se ha encontrado que el gasto diario por recluso en una prisión privada es muy superior al de una cárcel pública; el costo para el gobierno es por la disponibilidad total de los centros penitenciarios y no su ocupación; además de problemas relacionados con un mayor tiempo de aislamiento para los prisioneros por la dimensión de las construcciones y violaciones a los derechos humanos.
“En esa época se dijo que el sector privado tenía más recursos para brindar mejores condiciones de vida a los reclusos, que podría contribuir de mejor manera a su reinserción, con menores costos económicos y también se afirmó que así se iba a liberar de esta pesada carga económica a la Secretaría de Seguridad Pública de esa época. Sin embargo, parece que ocurrió totalmente lo contrario”, dijo Gómez en entrevista telefónica con Miguel Ángel Vargas de EstaciónPacífico.com en Súper 98.9.
De acuerdo con la publicación, la construcción de estas prisiones corrió a cargo de empresas sin experiencia en este tipo de infraestructura ni en su manejo, que ha resultado en un servicio con calidad similar a la de las cárceles públicas, según un estudio realizado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en 2019.
A continuación te presentamos algunos de los puntos más destacados de la entrevista con Mara Gómez.
¿Qué se argumentaba en 2010, por qué la necesidad de que privados manejen las cárceles?
“Este esquema surge en Inglaterra, nosotros lo copiamos de Estados Unidos y en esa época se dijo que el sector privado tenía más recursos para brindar mejores condiciones de vida a los reclusos, que podría contribuir de mejor manera a su reinserción, con menores costos económicos y también se afirmó que así se iba a liberar de esta pesada carga económica a la Secretaría de Seguridad Pública de esa época. Sin embargo, parece que ocurrió totalmente lo contrario”.
¿Cuánto tiempo llevan operando?
“Se fueron construyendo poco a poco, sobre todo los primeros años fue el boom, a partir de 2010 empezaron a construirse todos ellos, al mismo tiempo. Desde 2012 la CNDH empezó a analizarlos y el 2012 fue el único año en el que dentro de su Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria, que publica año con año, hizo una contabilización de lo que costaban estos centros penitenciarios. En esa época dijo que el gasto diario de un recluso en un centro penitenciario privado le costaba al Estado mil 500 pesos diarios, en tanto que en un Cefereso público le costaba 390 pesos, y en un centro de reclusión local le costaba sólo 150 pesos en promedio, la diferencia es enorme”.
“De acuerdo con los contratos que se celebraron con estos consorcios privados se acordó que lo que pagaría el Estado era no por ocupación sino por disponibilidad, si un centro penitenciario tiene disponibilidad para 500 personas, aunque sólo esté ocupada una tercera parte, una décima parte o la mitad, se paga el cupo total, las 500 personas, así se acordó, así que incluso el costo es más alto”.
¿No hay ninguna parte positiva, algún dato que arroje algo positivo? Porque si cuestan tan caro, si están tan grandes, al menos en las condiciones en las que están en la celda, de hacinamiento, de los servicios, si está administrada por una empresa que debe cumplir un contrato, limpieza ¿Al menos en eso hay algo de mejores condiciones, o ni eso?
“Lo único que sabemos es que son centros más bonitos, que son más estéticos y que tienen muchas instalaciones, como bibliotecas, centros lúdicos, pero como no tienen personal, muchas de esas instalaciones están en desuso. En global te diría que no tenemos buenas noticias y de momentos estamos conversando para ver si realizamos nuevamente una actualización de este estudio que realizamos en 2016 para ver si tenemos más datos, pero hasta donde hemos tenido información reciente, no, no son mejores. Incluso la CNDH en el último reporte del Diagnóstico de Supervisión Penitenciaria que publicó les da a los penales federales prácticamente la misma calificación que a los penales públicos”.
¿A raíz de qué este tema vuelve a la luz pública?
“Fue el mismo presidente de la República quien lo puso en la agenda nuevamente. Le preguntaron en la mañanera qué opinaba de las alianzas entre PRI, PAN y PRD y digamos que se salió por la tangente, pero yo diría que muy bien porque gracias a eso nuevamente estamos hablando de estos temas tan importantes”.
¿Y qué dijo de eso? ¿Criticó que se hicieran negocios a través de este esquema?
“Sí, lo criticó, él mismo dijo que sabía que había sido un gran negocio para estas empresas y que no estaba funcionando, pero no dio ningún dato, supongo que de alguna manera igual habría visto nuestro estudio de 2016 y eso nos da pie a nosotros para reflexionar, para nuevamente traer el tema”.
¿Cuál es la recomendación de política pública o qué sugieren sobre este tema? ¿Pudiera corregirse?
“No importa si es público o privado, lo importante es que funcione. Si bien hemos sido muy insistentes en México Evalúa, no se trata de crear más cárceles, cada vez más grandes, más prisiones, dar como respuesta a la inseguridad más cárceles, eso no. De que necesitamos cárceles y de que se requiere sancionar a quien comete un delito, ese es un hecho, y ese esquema público privado no importa, el punto es que debe funcionar y debe de ser adecuado”.
“A final de cuentas el sistema público y el privado, se paga con nuestros impuestos, con el gasto público, entonces lo que debemos exigir es que el gobierno utilice los impuestos de una manera racional, en el tema público o privado, pero que se eficiente”.