Observatorio: Violencia homicida, una epidemia grave que en Colima no se ha podido controlar
No sólo es el coronavirus (Covid-19). La violencia homicida prevalece en Colima como una epidemia grave que no ha podido ser controlada por las autoridades de los tres órdenes de gobierno, manifestó Leonel Fernández, director de Incidencia en Política Pública del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC).
El especialista detalló que Colima registró en 2020 una tasa de 68.65 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes, y de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) se puede considerar una epidemia de homicidio cuando un lugar cuenta con una tasa de 10 víctimas por cada 100 mil habitantes en un año, lo que da cuenta de qué tan seria es la problemática en la entidad.
“La Organización Mundial de la Salud maneja que una tasa de 10 víctimas por cada 100 mil habitantes en un año, se puede considerar ya una epidemia en homicidio. Imagínate, en todo el país estamos en una epidemia, sólo seis estados en los que no, y el caso de Colima sigue siendo crítico con una tasa de casi 70″, dijo a Miguel Ángel Vargas de EstaciónPacífico.com en Súper 98.9.
“Es una gravísima epidemia que no se ha pedido controlar y llama la atención que es una entidad donde la autoridad federal no ha mostrado particular interés, a pesar de haber ocupado los primeros lugares en varios periodos de la crisis”, abundó.
Fernández refirió que Colima registró un descenso del 20% en la tasa de víctimas de violencia homicida durante el 2020 (en comparación con el 2019), con lo que cedió el primer lugar en dicha categoría a Baja California, aunque dicha situación no indica que la entidad haya salido de una situación crítica.
“Colima tuvo un descenso importante en este último periodo, sin dejar de salir de la parte crítica del problema.
Encontramos a finales del 2020 un descenso del 20% en cuanto a tasas de carpetas de investigación (…) Ya sale del primer lugar (Colima), tenemos a Baja California como puntero y a Guanajuato, que son estados donde se ha recrudecido el problema, y que nos habla de un cambio en la violencia en el país. Ya no es necesariamente el tipo de crimen organizado y narcotráfico, sino que estamos viendo otras formas de crimen organizado, como el tema del huachicoleo, que ha cobrado bastantes víctimas”, explicó.
—¿Colima sale del primer lugar en cuanto a tasas de violencia homicida por cada 100 mil habitantes por un mejoramiento en las cifras en la entidad o por un empeoramiento de las cifras en Baja California?, se le preguntó.
“Es una mezcla de ambas. Colima pierde el primer lugar por menos de un punto en la tasa, menos de una víctima por cada 100 mil habitantes. El tema de Baja California es que Tijuana está jalando todos los problemas. En Colima se ha mantenido así en los últimos años, hemos visto un descenso ligero que ha pasado del punto máximo en 2017 con una tasa de 93.88 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes a 70. Es una disminución importante, si embargo aún se mantiene en zona crítica”, respondió.
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A decir del investigador, la problemática de violencia en Colima se torna aún más preocupante al considerar que la entidad cuenta con una población pequeña, lo que puede referir una descomposición social importante.
Agregó que pese a la situación de violencia que atraviesa el estado, no se ha visto una atención particular por parte de las autoridades locales, que se han visto rebasadas.
“No se ha visto una atención particular y es un problema que ha sobrepasado totalmente a las autoridades locales, que sí se requiere tener una mayor atención, es decir, entender cuál es el papel de Colima en la geopolítica criminal y por qué lleva tantos meses y tantos años teniendo este problema”, abundó.
—¿Cuál es el rol que juega Colima?
“Colima tiene una posición geográfica entre dos de los estados que han sido tradicionalmente los más violentos en los últimos años, y que parten de una ruta importante en el control territorial. Como bien sabemos en los últimos años se ha recrudecido la batalla entre los dos principales cárteles”.
“Una vez que los Zetas perdieron el control que estaban teniendo en varias zonas del país, y que el Cártel Jalisco Nueva Generación comenzó a tener presencia importante, Colima se ha vuelto un campo de batalla. No necesariamente la parte portuaria, como tal, sino la ubicación entre Jalisco y Michoacán, que la hace bastante vulnerable, como un punto en el escenario de control”.
“En medida de que los precios de la cocaína han bajado en Estados Unidos y la marihuana se ha hecho legal en muchos de los estados de aquella nación, el mercado se ha tenido que voltear hacia lo nacional, se han tenido que buscar nuevas formas de conseguir los recursos ligeramente perdidos, y es una forma de explicar también un poco el recrudecimiento de la violencia en todo el país, y Colima no se queda atrás. Colima se ha vuelto una especie de campo de batalla y de mercado propio para ambas organizaciones criminales que ha reflejado estas altas tasas”.
—¿Qué tan importante es Colima para las organizaciones criminales?
“Es difícil decirlo a ciencia cierta porque el combate tiende a ser movible. Si solamente lo evaluáramos a partir de la tasa de víctimas, diríamos que Colima tiene un lugar primordial, sin embargo no es así. Definitivamente debe de tener una importancia en términos de geopolítica criminal, sin embargo está en función de que haya permisividad del trasiego. Aparentemente la historia está relacionada con tema de drogas como tal. No hemos visto explosión de otros delitos como secuestro o extorsión que llegamos a ver en entidades como Tamaulipas o Guerrero. Sigue siendo un problema relacionado con el narcotráfico como tal”.