Colima sale a las urnas con un escenario claro en la lucha por la gubernatura
Más de medio millón de colimenses salen este domingo a las urnas con la atención centrada en la contienda por la gubernatura, en la que, si no hay sorpresas, las condiciones parecen dadas para que Colima viva por primera vez la alternancia partidista de la mano de Indira Vizcaíno y del partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, Morena, y que así deje atrás más de 90 años de dominio priista ininterrumpido.
Parece que en la recta final compiten el hartazgo sobre los gobiernos locales priistas contra el rechazo que enfrenta el proyecto lopezobradorista y todas sus implicaciones.
En los equipos de la coalición PRI-PAN-PRD y de Movimiento Ciudadano y sus candidat@s, Mely Romero y Locho Morán, respectivamente, le apuestan su resto a que se dé la sorpresa; pero desde el exterior de Colima y fuera de los círculos donde se tienen intereses específicos sobre el resultado, las cosas parecen verse más claras.
Por ejemplo, una semana antes de la jornada electoral los principales encuestadores del país —Alejandro Moreno de El Financiero, Lorena Becerra de Reforma y Roy Campos de Mitofsky— participaron en un foro organizado por El Financiero donde ponían a Colima como una de las entidades “seguras” para que Morena se alce con el triunfo en la gubernatura, junto a estados como Baja California, Nayarit y Tlaxcala.
Otro más: el periódico español El País publicó el pasado 29 de mayo un reportaje en el que anticipa que, tras esta elección, en México se romperá la cifra récord de mujeres que son gobernadoras de un estado de la República al mismo tiempo y estimaba que entre las entidades con más posibilidades de que gane una mujer está Colima y Tlaxcala, en ambos casos con ventajas cómodas para las candidatas de Morena.
Incluso, este reportero tiene conocimiento que en diversas redacciones de medios nacionales han hecho una planeación de sus transmisiones cuando cierren las casillas (a las 18 horas) contemplando enlaces con la candidata morenista de Colima, pues también pronostican su triunfo.
Aunque en el conjunto de encuestas publicadas la ventaja de Morena sobre el segundo lugar se ha estrechado hacia el final de la campaña, prácticamente ninguna medición marca algo distinto sobre quién encabeza las preferencias electorales en la lucha por la gubernatura de Colima.
La lucha por el segundo lugar
Como era de esperarse, los equipos de la priista Mely Romero y de Locho Morán, de Movimiento Ciudadano, buscaron sin éxito desde el arranque de la campaña posicionarse como un claro segundo lugar, para desde esa posición hacer llamados al voto útil o estratégico con el cual se le pudiera competir y ganar a la candidata puntera.
La campaña publicitaria de Locho Morán llamó más la atención que cualquier otra: fue agresiva y directa en contra de Indira Vizcaíno, a quien buscó tachar de “priista”. Espectaculares con colores neutros y sin logos de partidos que decían “_ _ dira que no traicionará a Andrés Manuel, pero es del PRI”, o que mostraban una fotografía de Indira con el gobernador priista Ignacio Peralta, o que al logo del PRI le añadían las letras “ndira” para que se leyera “PRIndira”, anuncios que fueron muy exitosos en llamar la atención, mediana y momentáneamente exitosos en afectar las preferencias a favor de la candidata morenista, pero prácticamente no tuvieron ningún efecto para elevar las del propio Morán.
La campaña del “equipo naranja” fue construida con la claridad de que cerca del 80% de la población colimense rechaza al PRI y al PAN y quiere un viraje en el gobierno estatal y que se dé la alternancia partidista. Bajo esta lógica, decidieron no confrontarse directamente con Morena y con el presidente López Obrador, incluso el espectacular de “_ _ dira que no traicionará a Andrés Manuel, pero es del PRI”, marca un respaldo implícito a la figura presidencial. Optaron entonces por fomentar en el electorado un razonamiento en tres etapas: 1) la mayoría de los colimenses quieren un cambio en el gobierno estatal; 2) Indira tiene vínculos con el PRI, pues trabajó en la administración del actual gobernador priista; 3) Locho es el único que representa un verdadero cambio.
En redes y en la discusión pública los argumentos “lochistas” se enfrentaron con las incongruencias “lochistas”: acusa a Indira de ser priista por haber aceptado un puesto en un gobierno encabezado por un priista, pero postula a la alcaldía de Colima a Federico Rangel, exdirigente estatal del PRI, coordinador de sus diputados locales, coordinador regional de la campaña de Nacho Peralta y alcalde de la capital colimense por el propio PRI; y tampoco tiene empacho en que se haga pública su alianza con el líder del sindicato de burócratas estatales, Martín Flores, una importantísima figura del priismo colimense a quien en un célebre video acusó de “rata” por haber aprobado un crédito de largo plazo en 2015, similar al que en julio de 2020 la diputada de su partido, Remedios Olivera, también le dio su voto a favor.
La campaña de la coalición buscó un argumento más simple: no fue directamente contra Indira Vizcaíno, sino que buscó posicionarse como la verdadera oposición pero no ante la candidata morenista, sino ante el proyecto lopezobradorista: criticaron hasta el cansancio la desaparición de algunos programas federales, pelearon la paternidad de otros y pusieron énfasis en los supuestos riesgos que para la democracia implica en que el partido del presidente gane más espacios de poder.
Mely Romero hizo una campaña que habló tanto de temas federales avalados en el Legislativo federal que parecía que buscaba una curul en San Lázaro, tal como hizo sin éxito en 2018.
La estrategia de Locho se enfrentaba a la complicación de que requiere de razonamientos que van más allá de elegir entre dos opciones, de preferir A o B; la estrategia de la campaña de Mely era más directa, pero no exenta de complicaciones, la principal: la aprobación que tiene el presidente López Obrador, que las encuestas la colocan como mínimo por el 60% y otras hasta cercana al 80%.
Por su parte, la candidata morenista optó por alinearse al proyecto lopezobradorista, trató de tropicalizarlo o volverlo colimense, buscó hacer planteamientos en positivo y capoteó los embates de sus rivales, apenas destinándoles un poco de atención hacia el final de la campaña.
El debate y el postdebate
Uno de los momentos clímax de la campaña fue el debate organizado por la autoridad electoral. Ahí se refrendó la certeza de quién era la rival a vencer: Indira Vizcaíno recibió más ataques que todos sus rivales juntos.
Locho Morán la mencionó prácticamente en todas sus intervenciones con un cuestionamiento central: que rechazara o corroborara que había laborado para el gobernador priista Nacho Peralta. Un dato curricular de dominio público que incluso aparece en su CV colgado en su perfil oficial en la página de la Cámara de Diputados, en donde es legisladora con licencia.
Los ataques recibidos más que hacer mella, impulsaron la idea de inevitabilidad del triunfo morenista. Ante esto, surgió el último esfuerzo, el llamado a hacer un frente unido en su contra. Hubo mensajes y reuniones entre las campañas de Mely Romero, Locho Morán y Virgilio Mendoza, del Partido Verde, promovidas por un grupo de empresarios que buscaba evitar el triunfo de Indira Vizcaíno y Morena.
Estos esfuerzos se toparon con una limitante, sin importar el método por el que se buscara decidir quién debía ser la cabeza del proyecto antimorenista y recibir los respaldos o declinaciones de los otros contendientes, Morán dejó claro que a él se le podían sumar personas, pero no partidos, y que él y su partido no se sumarían a ningún otro proyecto.
Los empresarios entonces tomaron su decisión y la hicieron pública: un llamado al “voto útil” antimorena impulsando a la figura de Romero, lo que puso al candidato de Movimiento Ciudadano a la defensiva, molesto y en momentos hasta desencajado.
Así, hacia el cierre de la campaña en términos de opinión pública y de encuestas parecía claro que era la candidata del PRI quien se encontraba en segunda posición y quien podría ser un mejor receptáculo de un voto antimorena.
Sin embargo, a la cita con las urnas los ciudadanos llegan, quizás con muchas propuestas escuchadas, quizás con mayor claridad de las ideas y el carácter de cada candidato, pero sin información nueva que tenga capacidad para cambiar de manera tajante el escenario inicial aceptado por todos los contendientes: Indira Vizcaíno y Morena, como el proyecto con más posibilidades de triunfo; un resultado distinto sería una sorpresa rotunda.