Un total de 108 petroglifos que abarcan un horizonte temporal de casi 3 mil años, es decir, del Preclásico (1700 a.C.) al Posclásico (900 a 1521 d.C.) fueron encontrados este lunes 26 en las inmediaciones de la Zona Arqueológica “La Campana”, en la zona metropolitana de Colima.
Ana María Jarquín Pacheco, investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien desde hace 23 años dirige el proyecto arqueológico de La Campana, aseguró que si bien las características de cada uno de los petroglifos son variadas tanto en dimensiones como en iconografía, todos aportan información importante sobre la cotidianidad en los días de la antigua urbe de Almoloyan, como anteriormente era llamada esa zona.
“Son unas piedras mapa, como se les ha llamado tradicionalmente, otros tienen señalamientos de la presencia de tumbas, otros se refieren a los caminos y la cercanía de los ríos, del agua, a la gente que está transitando por las principales avenidas de la antigua ciudad (…) Lo relevante es la información que tienen grabada algunos respecto a la señalización de los diversos sectores dentro de la antigua Almoloyan, que era el nombre original de La Campana”, precisó la especialista.
Luego del descubrimiento, el INAH informó en un boletín oficial que las obras del Parque Metropolitano La Campana no comprometerán ni afectará a los bienes arqueológicos del asentamiento, pues el perímetro donado a esa dependencia federal y que se encuentra abierto al público es de poco más de 6 hectáreas, que equivale al porcentaje de la ciudad antigua que hasta ahora se ha explorado, así que con la compra de las 98 hectáreas por parte del gobierno estatal y que serán integradas al proyecto “se protege la totalidad de la urbe prehispánica”.
Por su parte, la antropóloga refirió que el descubrimiento les permite acercarse en detalle al desarrollo histórico de Colima, pero también les facilita la comprensión del desarrollo cultural y de la capacidad intelectual de los antiguos pobladores colimotes.
Detalló que los petroglifos más antiguos eran elaborados con rocas de gran dureza que eran talladas contra rocas más blandas para generar los grabados, mientras que en épocas más recientes, los diseños se realizaban con hachas metálicas o incluso con cinceles.
Este descubrimiento se une al que tuvo lugar hace apenas cuatro días atrás, donde se encontraron 12 cráneos y 3 cuerpos completos que datan de 1600 a 1800 a.C., periodo correspondiente al desarrollo de la cultura Capacha.
Sobre ese suceso, Jarquín Pacheco explicó que los habitantes de esta zona del occidente del país tenían características físicas muy similares a las actuales, y si bien todavía no se puede determinar que las osamentas hubieran sido encontradas en una misma zona porque se tratara de un cementerio antiguo, sí pueden concluir que se trataba de un entierro múltiple.
“Lo que podemos concluir, porque estamos trabajando en ese hallazgo que resulta sumamente importante para Colima y para Mesoamérica y la arqueología de México, es que nos está hablando de la antigüedad, de las culturas, su organización económica, política, eran asentamientos tipo aldea, con una estructuración interna jerarquizada, con un desarrollo muy importante que nos permite hablar de una organización social incipiente, pero que existe. Las osamentas datan de 1600 a 1800 a.C., es decir, tienen alrededor de 3 mil 800 años de antigüedad. Nos lleva a la raíz del desarrollo cultural de Colima”, abundó.
—¿Cómo es que lograron conservarse estas osamentas?
“Esa es la gran importancia del hallazgo, que se han conservado. Algunos restos óseos están afectados, pero otros están completamente conservados y se están protegiendo para conservarlos, estamos tomando muestras de la tierra que cubría los esqueletos y vamos a analizarlos. Hasta que no se haga el análisis químico no podremos afirmar nada, pero sí es extraordinaria su conservación a través del tiempo”.
Cabe recordar que en noviembre del año pasado, la administración estatal anunció que había gestionado 42 millones de pesos de recursos federales para el desarrollo de este parque arqueológico; parte de estos recursos han sido utilizados para continuar con estas labores de exploración y conservación de la zona.