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Comunidad

Un encuentro de cultura busca cambiar la vida de los niños en los albergues cañeros

El primer Encuentro de Artes Escénicas para Niñas y Niños de Azúcar pretende que los hijos de trabajadores de la industria cañera que se encuentran en albergues puedan acceder a la cultura y cambiar sus expectativas, al hacerles ver otras formas de vida, experiencia que ya han comprobado al trabajar previamente con ellos, dijo la organizadora del evento, Tanya Covarrubias.

La especialista comentó que este ciclo nace del trabajo que lleva realizando desde 2017 con este sector por medio del “proyecto regional para el trabajo con niñas, niños y jóvenes migrantes” que apoya el programa federal de la Secretaría de Cultura “Alas y Raíces“, en colaboración con los estados.

“Esto claro que les cambia algo (…) en 2017 una de las primeras preguntas con las que nos acercamos a ellos era, ¿cuál es su mayor sueño? En los albergues cañeros nos topábamos mucho con eso, con cortar la caña más rápido que mi papá, irme a Estados Unidos (…) en Tecomán nos encontramos con un ‘ser sicario‘ y una niña ‘irse con su vecino de al lado'”, contó la organizadora.

“Después de seis meses de trabajo, con ellos les volvimos a hacer las mismas preguntas y las respuestas cambiaron increíble”, agregó.

El encuentro, llevará presentaciones a los albergues cañeros de El Trapiche y El Cóbano en Cuauhtémoc, la escuela Simón Bolívar en Quesería, Cuauhtémoc, y la escuela del Programa Nacional de Educación Primaria para Niños y Niñas Migrantes (Pronim) en Tecomán.

Los artistas que participarán provienen de Mazatlán, Sinaloa; de la Ciudad de México; Guadalajara, Jalisco, y Colima. Con esto, aseguró Covarrubias, también buscan que los niños se identifiquen con las personas que vienen de otros lados y dimensionen todo lo que se puede hacer por medio de los talleres que ya se les imparten en los albergues.

La organizadora abundó que la intención es que los niños dejen de trabajar, y comentó que al inicio del proyecto, en 2017, los papás se mostraban renuentes a dejarlos participar, al considerar que los talleres no les servirían de nada. Con el paso del tiempo, se han ganado la confianza de ambos y han seguido trabajando con los jóvenes cuyos padres han decido permanecer en la entidad y con los que llegan a los albergues cada seis meses para trabajar en la caña.

“Nuestro objetivo es que no trabajen, que jueguen, sean niños, que aprendan (…) al principio fue bien difícil, te hablo de que las mamás tienen 16 o 17 años, ya de ahí es como un poco grave, pero al principio les costaba mucho trabajo dejarles interactuar con nosotros”, comentó.

Covarrubias apuntó que tienen el propósito de realizar este encuentro cada año, y de que se sumen más artistas.

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