#ElFaro: En seguridad, más que percepciones / ¿A quién conviene el pleito morenista?
Seguramente en esta medición influyeron casos de alto impacto como el joven Germán, asesinado ‘a sangre fría’ en mayo durante un asalto en el que no opuso la menor resistencia, y cuyo supuesto homicida —eso ya lo determinará un juez— fue detenido el 19 de junio (los cuestionarios fueron aplicados en la primera quincena de junio, por lo que la noticia no impactó la percepción de los consultados).
Pero también seguramente influyó la apreciación que los porteños tienen sobre el desempeño de sus autoridades locales. La misma Encuesta señala que apenas 21.5% de los manzanillenses consultados consideró que el gobierno de su ciudad es “muy o algo efectivo” para resolver las principales problemáticas.
Las autoridades de la otra ciudad colimense medida en este ejercicio, la capital, tampoco se escapan de una baja calificación, pues incluso menos de sus habitantes avalaron la gestión del gobierno municipal: sólo 20.2% de los habitantes encuestados. Esto, pese a que en Colima la percepción de inseguridad es menor, al llegar a 62%, con lo que se espera que la capital del estado recupere la tendencia a la baja que mantuvo el año pasado.
Ahí quedan a disposición de los gobernantes estos y más datos incluidos en la ENSU, que según la Ley del Inegi, es información de interés nacional, y por lo tanto es “de uso obligatorio para la Federación, los estados, el Distrito Federal y los municipios”.

Primero la senadora Gricelda Valencia que —ya relatamos en este espacio— para defender a su amigo Chava (no tan) Bueno consideró pertinente recordar lo que llama “el caso Altozano”; después tocó el turno a la diputada federal Claudia Yáñez que no tuvo reparo alguno para, como no queriendo la cosa, darle un raspón político a Vizcaíno.
¿Con qué argumento? Yáñez dijo que como ella conoce desde hace un cuarto de siglo al presidente López Obrador, sabe todo lo que piensa —y en una de esas hasta lo que todavía no ha pensado— y los porqués de sus acciones y, en ese sentido, le queda claro que el mandatario pasó el domingo por la noche a Colima, no para echarse un taco en Las Brasas y poder tomar un vuelo en el Aeropuerto de Colima, sino para hacer una supervisión sorpresa del trabajo de la delegada federal, pues ha habido “comentarios” de potenciales beneficiarios de programas sociales que aseguran que “no les han llegado sus recursos, hay complicaciones en el registro” y que ella cree que Vizcaíno “sabe cuáles son sus funciones”.
Sale sobrando preguntar cómo hizo el presidente esa supervisión si en territorio estatal sólo se paró a cenar en Las Brasas y de ahí continuó su camino al aeropuerto, lo que sí vale la pena mencionar es que los dichos de la diputada Yáñez no quedaron sin respuesta. La delegada le contestó que si encontrara algún “caso de dudas o retrasos” en la entrega de recursos de programas sociales, se lo hiciera saber para resolverlos… Claro, respetando las reglas de operación. Y cerró con un #AbrazosNoBalazos y hasta le mandó un besito en un emoji.
Ante este ambiente, podría ser útil poner sobre la mesa una pregunta: ¿politicamente a quién le sirve este golpeteo? Quizás la respuesta es que a nadie, y mucho menos a los ciudadanos.
