Keith, una perrita muy lista, amorosa, noble y agradecida que busca casa
Keith es una perrita que el colectivo Sonrisas de Pelos rescató de Control Canino de Colima. Aunque en un principio desconfiaba de todos, en un plazo de un mes, y con rehabilitación emocional en la casa de sus rescatistas, pasó de estar “enojada” a mostrar su inteligencia, amor, nobleza y su agradecimiento con el mundo.
El pasado 20 de mayo sus rescatistas fueron por ella a la perrera. Para poder llevársela tuvieron que ponerle un bozal y trasladarla en una transportadora, misma que tuvieron que utilizar para darle de comer. Estaba triste, enojada y llena de garrapatas, pero con con ayuda de otros perritos, y el amor de sus cuidadoras, dejó de temer.
“A ella le decimos que es una persona, porque llega a casa y se sube al sillón, abrimos la puerta del carro y se sube, y es una hermosura de perrita. Ahorita está un poquito bajita de peso todavía, pero ahí la llevamos. Ya está esterilizada, vacunada; ella ya está lista para un hogar”, dijo Patricia Vadillo, integrante del colectivo, en entrevista con Miguel Ángel Vargas de EstaciónPacífico.com en Súper 98.9.
Patricia Vadillo aclaró que para entregar en adopción a un perrito es necesario entrevistarse con la familia interesada, quienes deberán firmar una ficha de adopción en la que se comprometen a estar enviando fotografías para dar seguimiento al estado de salud de cada uno de los canes.
También se pide una cuota de recuperación, pues es gracias a esos donativos que Sonrisas de Pelos puede continuar con la labor altruista de rescatar perritos, ayudarlos a recuperarse y posteriormente ponerlos en adopción.
“Una mini entrevista con la familia que quiera adoptar al perrito, de acuerdo a las características del perro elegimos a la familia. Tienen que firmar una ficha de adopción en la que se comprometan a estar enviando fotografías para nosotros darle seguimiento al perrito. Pedimos una cuota de recuperación que es lo que nos permite estar abonando a la deuda interminable a la veterinaria, y entregamos al perrito en las mejores condiciones posibles”, compartió.
Keith busca un hogar amoroso. Si te interesa adoptarla, puedes ponerte en contacto con el colectivo Sonrisas de Pelos a través de su página de Facebook, a la que puedes acceder haciendo clic aquí.
La labor de Sonrisas de Pelos
Sonrisas de Pelos es un colectivo que nació en marzo del 2015, cuando sus fundadoras, Patricia Vadillo y Lucy Otero coincidieron en el rescate de un perrito que publicaron en Facebook y se dieron cuenta de la necesidad que tienen los canes de ser ayudados.
“Actualmente lo que hacemos es recuperar perros de los controles caninos, que aquí en Colima nada más existen en dos municipios, en Colima y Villa de Álvarez. Y a veces no los podemos traer a casa, porque cabe mencionar que no somos albergue: si nosotros sacamos 10 o 20 perros de las perreras, ella se lleva 10 a su casa, yo me traigo 10 a la mía. Creemos que un perrito que es abandonado por su familia es mejor rehabilitarlo emocionalmente en la calidez de un hogar y que se integre a la dinámica familiar”, dijo Vadillo.
Agregó que durante el tiempo que han estado trabajando en conjunto con los controles caninos de Colima y Villa de Álvarez, todos los perritos han encontrado hogar, y desmintió que en las perreras se “duerma” a los animales.
“La verdad es que no hay ni presupuesto para dormir a un perro, por lo menos en el municipio de Villa de Álvarez. Hemos trabajado incansablemente por medio de la página y los seguidores que con gusto te puedo decir que son 30 mil seguidores que tenemos en la página, que nos ayudan: si no hay alimento en control canino, lo publicamos en la página y no te imaginas la respuesta tan hermosa que tenemos de toda la gente”, abundó.
Afirmó que con Sonrisas de Pelos se ha dado cuenta de que la población siempre está dispuesta a adoptar, pues percibe que existe más cultura al respecto.
“Hemos tenido muchas familias nuevas, matrimonios nuevos, jóvenes que prefieren tener un perro de mascota y no un hijo”, dijo.
“Vale la pena adoptar y no comprar porque es un sentimiento de agradecimiento del perro, que en uno de criadero no vas a encontrar (…). Un perro rescatado nunca te encontrarás uno igual a él. (…) Un perro de la calle sabe, obedece; en una semana sabe cuándo le toca sentarse, dormir”, concluyó.