4 claves sobre el síndrome de fatiga crónica en su Día Mundial
En el marco del día mundial del síndrome de fatiga crónica, conmemorado el 12 de mayo, la reumatóloga María Amparo Enríquez Maldonado, compartió cuatro claves para conocer sobre esta enfermedad.
Mencionó que es un síndrome en el cuál ha sido difícil encontrar criterios uniformes que permitan hacer un diagnóstico, ya que no existe una prueba única que permita realizarlo. Precisó que según indican los registros, 80% de los pacientes con este diagnóstico no han sido aun diagnosticados, apenas el 20% tiene el diagnóstico correcto. Con lo cual no es posible medir la frecuencia.
1. Una enfermedad difícil de identificar
Maldonado indicó que existen más de 20 grupos que han intentado definir la enfermedad y una de las más acertadas es aquella establecida por el Instituto de Medicina de los Estados Unidos, quien señala algunos síntomas característicos de este síndrome.
“Este instituto define a este síndrome como una enfermedad que se caracteriza sobre todo por una fatiga intensa, por tener algún grado de disfunción cognitiva, alteraciones del sueño, manifestaciones de disfunción del sistema nervioso autónomo, dolor y otros síntomas. Lo más característico de esta enfermedad es que estos síntomas suelen empeorar después de hacer ejercicio de cualquier tipo”, dijo a EstaciónPacífico.com.
Además explicó que es una enfermedad que se puede catalogar como “invisible”, ya que al ser difícil de identificar, no se entrega el diagnóstico correcto al paciente, por ende, no se habla mucho de ella. Además de que a la fecha se desconoce su origen.
2. Deteriora la funcionalidad del paciente
La reumatóloga dio a conocer que una de las características de esta enfermedad es que el paciente, previo a desarrollar el síndrome de fatiga crónica, era una persona funcional, capaz de llevar a cabo distintas actividades, sin embargo, después de contraer un cuadro infeccioso, le es imposible recuperar el mismo nivel de vida previo al contagio.
“Usualmente un paciente con síndrome de fatiga crónica es una persona que previamente había sido funcional, que era capaz de trabajar, que era capaz de hacer ejercicio y lo más habitual es que después de un cuadro aparentemente infeccioso (…) ya no no puede recuperar el nivel de vida que tenía habitualmente, se siente fatigado, se siente cansado, y los síntomas permanecen de manera crónica, como si tuviera la infección de manera permanente”, señaló.
3. Primero identificarlo para poder tratarlo
Amparo Enríquez mencionó que previo a comenzar con el tratamiento, es de vital importancia conocer que el paciente no tenga una enfermedad potencialmente tratable, como deficiencia de alguna vitamina, deficiencia de hierro, que no tenga enfermedades como artritis reumatoide, lupus, enfermedades renales, entre otras.
“Lo más importante aquí es tratar de identificar si el paciente no tiene una enfermedad potencialmente tratable. Como los síntomas son tan amplios, el efecto del síntoma es tan amplio, hay muchas enfermedades con procesos infecciosos, enfermedades reumáticas, enfermedades endocrinas que podrían explicar los síntomas y que pudieran tener un tratamiento específico que pudiera aliviar por completo el problema, eso es lo más importante”, precisó.
Precisó que de entrada, dependiendo de los síntomas que presente el paciente, puede ser tratado por un médico internista, aunque el más adecuado para tratarlo y hacer los estudios necesarios es el reumatólogo.
“Las pruebas van dirigidas sobre todo para tratar de descartar que padezcan estas enfermedades (orgánicas). En un paciente con síndrome de fatiga crónica los exámenes serán completamente normales, no esperamos encontrar anormalidades francas, por lo menos no en los exámenes de rutina”, expuso.
4. Una enfermedad tratable pero no curable
En este sentido, explicó que no existe cura para el síndrome de fatiga crónica, aunque existen medidas que puedan permitir al paciente vivir de la manera más funcional posible, sin embargo, aseveró que lo más importante para el tratamiento es que la persona con esta enfermedad sea comprendida por su médico.
“No existe una cura, existen medidas que permitan al paciente ser funcional en lo posible, lo más importante aquí es que el paciente se sienta comprendido porque es muy común que vayan con el médico y el mismo médico les diga “no tiene nada, todo está en su cabeza” (…) lo más importante es hacer visible que el paciente realmente tiene un problema de salud, que no está en su cabeza y que necesita que tú te centres en él y puedas establecer un manejo individualizado”, informó.
Mencionó que solicitan al paciente les indique cuales son los tres síntomas que más sufre con esta enfermedad, para con base en ello poder buscar la manera de lograr que pueda volver a ser funcional y se reincorpore a la sociedad.
“De acuerdo a las estadísticas, solamente el 5% de los pacientes se recupera por completo, al rededor de un 70% van a tener un curso crónico con recaídas, días malos en los que incluso pueden estar en cama y otros días en los que puedan ser incluso funcionales (…) alrededor de un 20% no puedan recuperar el nivel de funcionalidad que tenían antes de enfermarse”, concluyó.