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Colima pierde por el tráfico 151 mdp al año; es la segunda menor en ranking del Imco

El costo anual generado por la congestión vial en la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez suma 151 millones de pesos, cantidad que coloca a la entidad como la segunda que menos pierde en ese tema, de acuerdo con un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) y la asociación civil SinTráfico.

El informe El costo de la congestión, vida y recursos perdidos, que analizó datos de 32 urbes —las de mayor actividad económica de cada entidad—, señala que esta problemática tiene un impacto anual de 94 mil millones de pesos tan sólo en dichas localidades; la pérdida promedio en cada una de las ciudades es de 3 mil 875 pesos por persona al año, cantidad suficiente para adquirir al menos 2.5 canastas básicas.

El coordinador de proyectos del Imco, Oscar Ruiz, explicó que para calcular estos datos consideran el excedente de tiempo que ocasiona la congestión vial en el movimiento de los ciudadanos hacia actividades productivas, suman el excedente de todas las personas que habitan cada ciudad y hacen estimaciones tomando en cuenta el salario mínimo de los trabajadores, dividido por hora.

“Lo que nosotros calculamos es el costo asociado a este tiempo perdido por la congestión. Cuesta tiempo que podría utilizarse en actividades productivas, sería impacto económico, tiempo que podría invertir en vacaciones que también es algo importante, todo esto impacta de manera”, dijo vía telefónica a EstaciónPacífico.com.

“Por ejemplo, si para ir a trabajar podrías tardar 30 minutos, pero en lugar de 30 minutos haces una hora, nosotros tomamos estos 60 minutos, sumamos el tiempo excedente de todas las personas en la población de una ciudad y todas esas horas que sumamos, que son horas perdidas de toda la población, aplicamos el salario mínimo de trabajadores de tiempo completo por hora, para calcular el costo de ese tiempo perdido”, agregó.

 El tiempo perdido 

El estudio indica que en promedio cada persona dentro de las 32 ciudades pierde 100 horas por año en el tráfico, y añade que esto equivaldría a tener 11 días adicionales de vacaciones en dicho periodo. El especialista refirió que cada colimense pierde 24 horas al año atascada en el tráfico o esperando el transporte público.

“De todas estas horas excedentes que sumamos, lo que hicimos fue centrar el monto de horas perdidas per cápita en promedio. A lo que llegamos fue que lo que se pierde en promedio dentro de estas 32 ciudades son 100 horas por persona al año. Estas 100 horas significan que son cerca de 11 días que las personas pudieran usar en cualquier otra actividad. En Colima son cerca de 24 horas perdidas per cápita al año”, aseveró.

 ¿Por qué Colima es una ciudad ‘cochecentrista’? 

De acuerdo con los datos incluidos en el análisis, Colima es la ciudad entre las consideradas donde más se utiliza el automóvil, por encima del transporte público. Óscar Ruiz, del Imco, atribuye esa situación a que el gobierno prioriza la inversión de recursos en infraestructura para los coches y no en mejoras para el transporte público.

“El monto invertido en fondos federales. En 2016, la ciudad de Colima no invirtió nada en transporte público, invirtió 0% de lo que destinó a movilidad; sin embargo, invirtió 27% de los fondos federales que se utilizan en movilidad en infraestructura para el automóvil”, refirió.

“Nosotros creemos y la evidencia parece apuntar hacia allá, que el uso del automóvil particular va ligado a las políticas que implementan los gobiernos, por ejemplo una ciudad empieza a crecer, tiene cierto desarrollo económico, empieza a tener más población y lo que normalmente hicieron los gobiernos de muchas ciudades mexicanas durante mucho tiempo fue invertir mucho dinero en incrementar la capacidad vial de las ciudades”, apuntó.

 Lo que el Imco recomienda 

Para aminorar los efectos del tráfico vial, el Imco propone a los estados invertir en transporte público seguro, eficiente y limpio, conforme a la proporción de usuarios, hacer que el transporte público sea financieramente sostenible, con descuentos para la población vulnerable y fomentar la evolución hacia las ciudades inteligentes con sistemas centralizados de información que ayuden a los usuarios a tomar decisiones para sus traslados.

El Imco refiere que otra estrategia positiva es desincentivar el uso del automóvil a través de impuestos ‘verdes’, como la tenencia o el impuesto sobre gasolinas; eficientar el uso de los espacios públicos con parquímetros y límites máximos de unidades; fomentar el crecimiento urbano eliminando los requerimientos mínimos de cajones de estacionamiento y promover la construcción de vivienda social en zonas céntricas, a través de incentivos fiscales y el aumento de potencial de construcción.

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