Especialista sugiere a Nacho e Indira trabajar en conjunto estrategia de regreso a clases presenciales
El especialista en pedagogía, Juan Carlos Yáñez, sugirió al gobernador Ignacio Peralta y a la mandataria estatal electa, Indira Vizcaíno, trabajar en conjunto para construir una estrategia de regreso a clases presenciales que resulte segura para alumnos y docentes.
Yáñez consideró que el tema del retorno a las aulas tiene el nivel de importancia de otros temas que han abordado ambas administraciones en conjunto, como la falta de recursos para pagar a los burócratas estatales. El pedagogo refirió que “sería un gesto de enorme estatura política” que el gobierno entrante y el saliente se sentaran a la mesa para trabajar en materia educativa.
“Me parece que sería un gesto de enorme estatura política que las dos administraciones en materia educativa se sentaran a la mesa, así como se ha sentado ya la gobernadora electa con el gobernador por el tema del desastre financiero“, dijo en entrevista con Miguel Ángel Vargas de EstaciónPacífico.com en Súper 98.9.
“Que se sentaran y dijeran ‘planeemos juntos la mejor estrategia’, porque a unos les toca comenzar y los otros tienen que terminar en las mejores condiciones. No es la planeación de un ciclo escolar (…) es el comienzo de un proceso de recuperación de lo que se perdió y de lo que se aprendió en estos meses. Me parece que eso lo veo difícil por las posturas políticas, pero me parece que sería un gesto de hablaría muy bien de quienes se van y de quienes van a comenzar”, agregó.
A continuación te presentamos los elementos más relevantes de la conversación.
—La pandemia ha generado muchísimas afectaciones en términos de aprendizaje, de socialización, de dinámicas familiares. Eso impulsa a que algunos urjan el regreso a clases presenciales. ¿Qué reflexión harías al respecto?
“El panorama está revuelto.Es una discusión y no tendría que serlo en la manera que se está dando, tan álgida, tan encontrada. Los inicios de años escolares siempre fueron un momento de alegría, festivo, de cierto misterio, de cierto encanto para los niños que iban por primera vez a la primaria o a la secundaria, o llegaban a la universidad. Este año, como el pasado, están matizados, barnizados por otros componentes que enturbian todas esas emociones e introducen miedo, introducen muchas dudas, introducen preocupación”.
“Los organismos internacionales que se dedican a estos temas insisten en que hay que volver a las aulas, y si esta decisión se hubiera tomado en abril o mayo, todos habríamos estado en general de acuerdo, habría habido unanimidad, venía la vacunación a los maestros. No esperábamos lo que está sucediendo ahora, esta nueva ola de contagios, más de 600 en Colima ayer, se rompe otra vez el récord en el país. Y luego todos los problemas que están alrededor: desatinos en la Secretaría de Educación Pública, desencuentros entre actores del campo sanitario”.
“Llegamos a un inicio de clases en un escenario bastante convulsionado, revuelto, enfrentado. El presidente diciendo ‘es que los que no quieren la vuelta a clases es contra mí’. No, es un asunto que tenga sustento, hay sustentación para oponerse a un regreso así”.
“En breve yo diría sí, tenemos que volver a las aulas, es necesario, hay muchas razones (…) pero hay que hacerlo en otras condiciones y no todos al mismo tiempo, porque si algo quedó claro con la pandemia es que no estamos todos en las mismas condiciones, no estamos todos en el mismo barco, y si vamos en el mismo barco, hay pasajeros de primera y hay pasajeros de quinta que no tienen las mismas condiciones. Plantearlo de esta manera me parece que solo enciende más los ánimos y no favorece el clima en el que tendríamos todos que estar acordando cómo hacer para recuperar lo que se perdió en estos 17 o 18 meses”.
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—Ayúdame a profundizar en esa idea sobre que no estamos todos en las mismas condiciones.
“La encuesta que hizo el Inegi revela que más del 70% de los estudiantes de secundaria tienen un teléfono inteligente para conectarse a sus clases, con sus maestros. Pero hay entonces otra tercera parte que no tiene ni un teléfono inteligente, y luego, una parte de ese porcentaje, lo tiene que compartir con la familia, con otro hermano, con el papá que se lo lleva al trabajo y hay niños que tienen condiciones privilegiadas, que tienen un espacio en casa, que tienen una computadora exclusiva, que tienen un papá o una mamá que les puede pagar clases particulares”.
“La expresión de las desigualdades se volvió monstruosa, lo reconocía la propia Secretaría de Educación Pública; decía, hay estudiantes que nunca se desconectaron, hay estudiantes que se conectaban a veces y hay otros que ya se perdieron, que están desconectados. Las cifras al respecto son tremendas, el secretario general del SNTE habló la semana pasada de literal cerca de 6 millones de estudiantes que se perdieron con la pandemia, 6 millones. Si esto es así, volvimos a la matrícula de finales del siglo pasado, a finales del siglo 20, el retroceso sería de esa magnitud. Pasar de 36 millones, casi 37 en el ciclo escolar 2019-2020, a menos de 30 millones, de preescolar a la universidad”.
“Esta información de 6 millones de alumnos que abandonaron, que fueron expulsados por la escuela por las circunstancias de la pandemia contrasta con la cifra oficial, que es de un millón de estudiantes más o menos. Esa es una cifra que no cree nadie. ¿Por qué?, porque antes de la pandemia sólo entre primaria y secundaria quedaban expulsados cada año un millón de estudiantes”.
“A las razones por las que vale la pena volver a clases yo sumo esa: no se está cumpliendo el derecho constitucional y humano a la educación. Nunca se ha cumplido en el país, pero hoy la situación es más dramática. La semana pasada el director del CBTIS 157 hablaba de que en su bachillerato habían desertado entre el 22% y el 24%, o sea, uno de cada cinco alumnos del CBTIS ya no es alumno, ya se fueron por necesidades económicas, decía el director. Es un caso nada más, pero si vamos sumando son muchos”.
“Las pérdidas están repartidas de manera desigual como la riqueza. La riqueza no está compartida de forma equitativa, la pobreza tampoco, pero la pobreza alcanza a más y los que se están yendo de la escuela son los que menos tienen y los que más necesitan”.
—Decías ‘sí volver, pero no así’. ¿Cómo sí volver a clases presenciales?
“La experiencia ya nos indica que hay algunos criterios, el problema es que no están claros. ¿Criterios de qué tipo? De carácter demográfico, o sea, escuelas y comunidades, municipios en donde de alguna forma se han construido estas cápsulas porque en esa comunidad no hay muchos contagios, o no ha habido contagios o está muy controlado”.
“Hay otros criterios de carácter geográfico; criterios sanitarios que tienen que ver con la estadística dura, fría de la pandemia; hubo criterios de vulnerabilidad social y pedagógica. Los que tienen que volver primero son los que han sufrido más la pandemia, los que la tienen más difícil volver porque además esos niños en muchas comunidades no tienen el equipamiento tecnológico, no tienen internet, no llega la señal de televisión para conectarse. Los que más necesitan son los que tienen condiciones más complicadas. Ahí podría empezar la vuelta con una estrategia bien planeada y mejor comunicada”:
“En algún estado del norte de la Baja California veía yo que ya tienen un programa de cuantas escuelas van a entrar el lunes, cuántas el miércoles y cuántas la siguiente semana; eso es lo que se necesita, decisiones basadas en criterios, un plan genuino, porque estos 10 puntos que presentó la Secretaría y luego se le cayó la carita y ya son nueve. Esos no son criterios para tomar decisiones, son enunciados generales, buenas intenciones”.
“¿Qué hay que hacer? Hay que lavarse las manos. Tomar la temperatura cada vez queda más claro que no es un indicador de que alguien está contagiado o no, en fin, necesitamos criterios de distinta naturaleza, tener un diagnóstico preciso de cada escuela, de cada comunidad, de cada municipio”.
“Me parece que el gobierno que va a entrar a Colima tendría que meter un poco la mano con todos los respetos que esto implica. Todavía no les toca gobernar, pero este ciclo que va a comenzar el 30 de agosto lo van a conducir y lo van a concluir ellos. Me parece que sería un gesto de enorme estatura política que las dos administraciones en materia educativa se sentaran a la mesa, así como se ha sentado ya la gobernadora electa con el gobernado por el tema del desastre financiero. Que se sentaran y dijeran ‘planeemos juntos la mejor estrategia”.
“A unos les toca comenzar y los otros tienen que terminar en las mejores condiciones lo que es no la planeación de un ciclo escolar, sino el comienzo de un proceso de recuperación de lo que se perdió y de lo que se aprendió en estos meses. Eso lo veo difícil por las posturas políticas, pero me parece que sería un gesto que hablaría muy bien de quienes se van y de quienes van a comenzar”.
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—El ciclo comienza el 30 de agosto y no hay claridad de los posicionamientos. Me imagino que hay una gran incertidumbre alrededor de todo el sector educativo.
“Sí, además diría malestar, enojo en muchos sectores del gremio educativo. La incapacidad que ha demostrado la SEP en este momento para desatascar los procesos de promoción de los profesores. Entonces hay otros componentes que politizan innegablemente la decisión de la vuelta a clases. Hay temor, hay dudas, hay preocupaciones, hay desinformación. Una de las enseñanzas más lamentables de esta pandemia es la incapacidad de la comunicación, la falta de una comunicación precisa, clara, a nivel federal y a nivel estatal. Me parece que le ha hecho falta a las autoridades ser mucho más claros, no basta que el presidente diga ‘no va a pasar nada, y si pasa, vamos a estar bien’. No es suficiente”.
—El regreso implicará un sistema híbrido, presencial y virtual. ¿Cómo le van a hacer los maestros para atender por estas dos vías a sus alumnos?
“El gobernador ayer anunció que Colima regresa el 30, es decir que el 30 de agosto oficialmente empieza el ciclo escolar presencial en Colima. Van a empezar las escuelas privadas, seguramente; las que nunca se desconectaron van a comenzar. ¿En qué condiciones? Me parece que tuvimos un experimento cuando a finales del ciclo escolar pasado se dijo que íbamos a regresar. La vuelta a clases estuvo llena de temores, no fueron muchos alumnos. Yo no tengo los datos, no hay información, pero fueron pocos alumnos a las clases, y casi todos de escuelas privadas, las escuelas públicas no”.
“Ese fue, digamos, un cáliz de lo que va a pasar. ¿Qué va a suceder si el presidente dice ‘es voluntario para estudiantes y para profesores también’?. Podría ser que funcione el experimento de la vuelta a clases presenciales, ¿por qué? porque yo imagino que van a ser pocos alumnos y que en las escuelas públicas van a hacer falta profesores en algunos espacios porque hay temores. ¿Qué significa modelo híbrido?, significa que el profesor va a trabajar en varias pistas, va a trabajar con unos que están en el salón y otros que están en su casa, y otros que nunca se conectaron, incluso se está hablando de que el profesor tiene que ir a hacer visitas a las casas de los estudiantes”.
“Lo que va a suceder es una multiplicación del trabajo de los profesores en las mismas condiciones. Si ya había una sobrecarga de trabajo, esto de la vuelta a clases en estas condiciones puede ser un peso excesivo otra vez sobre los hombros de los maestros y sobre los hombros de las familias”.
“Se podrá decir como un gran logro que comenzamos las clases presenciales, pero el costo puede ser terrible, desastroso; ojalá no en términos sanitarios, pero seguramente en términos pedagógicos sí porque no hay una propuesta pedagógica clara de cómo hacerle para volver a las clases en estas condiciones. La escuela privada tiene condiciones para poner cámaras, para ponerle un micrófono al maestro y transmitir la clase en ese momento a las pantallas de sus alumnos; esto en la escuela pública es imposible, hay escuelas que no tienen agua, que no tienen baños, que no tienen un cañón, que no tienen luz, hay escuelas que no tienen maestros, entonces, va a explotar de nuevo la desigualdad social, se va a recrudecer la igualdad social si no hay estrategias para hacerlo”.
“Colima puede ser un experimento exitoso. Estamos hablando de mil escuelas (…) podrían planearse un regreso ejemplar, seguramente sí, porque hay condiciones de dos tipos: demográficas y hay un clima político en general tranquilo. No hay dinero, eso sí, y también se necesita dinero, pero creo que Colima puede ser un ejemplo”.
—Me parece sensato que ambas administraciones trabajen con conjunto…
“Pero además porque la nueva administración va a trabajar la gran mayoría con casi todos los demás, o sea, con los profesores, van a trabajar con los supervisores, y sería una primera lección que le ganaría muchísimas adhesiones a la gobernadora empezar preguntándole a los maestros qué opinan. Yo escribí ayer en Facebook que venía a entrevista contigo sobre este tema y una supervisora me escribe y me dice ‘a mí no me preguntaron pero esto es lo que yo opino’… una supervisora. Y tú dices, ‘bueno, una profesora de una escuela primaria de las 12 mil maestras de primaria’, pues sí, está bien, tal vez no le preguntaron, pero una supervisora”.
—¿Te ofreces a participar en esa idea de planear el regreso a clases?
“Yo estoy en la mejor disposición, esto que vengo a contar aquí es lo que creo que tenemos que hacer, yo tengo hijos en primaria y tengo una hija en la prepa, así que yo lo que quiero es que Colima tenga un regreso afortunado, un regreso feliz a clases”.